H ace unos años, el fenómeno (positivo, claro) de los datos abiertos y su impacto en la transparencia y rendición de cuenta empezó a tomar un auge interesante y profundo en la región. Aunque vale mencionar, que los datos abiertos tienen una historia interesante demostrando su efecto en la generación de nuevos modelos de negocios, atracción de inversiones, desarrollo social, transporte, medio ambiente, etc., en países como Inglaterra, Singapur, Estados Unidos y países suramericanos, a la región nos llegó como una ola de oportunidades.
15 perspectivas sobre la dinámica de los datos abiertos en países en desarrollo fueron identificados en una de las investigaciones más completas realizadas sobre el impacto de datos abiertos, impulsada por la World Wide Web Foundation, gracias al apoyo del IDRC (tradujimos al español el resumen que está disponible aquí), hace algunos años. La realidad que vemos en esta investigación sigue siendo vigente, para bien o para mal, existen aún brechas importantes sobre la producción y reutilización de datos abiertos; identificación de los actores de la cadena de valor de datos abiertos y cómo potenciar cada uno de ellos desde la perspectiva pública y privada.
Para nosotros, una de las perspectivas que más nos llama la atención es que en el mundo de los datos abiertos, la construcción de herramientas, el impulso de la reutilización, el estudio y la promoción de una cultura abierta, viene de todos lados (perspectiva 15 en el documento). Trabajar en datos abiertos, es más que transparencia o rendición de cuentas, los datos abiertos son activos, accionables y abren oportunidades para hacer cosas, más que para saber.
En tal sentido, si, los datos abiertos aportan al desarrollo, y lo harán más efectivamente cuando existen las condiciones y entorno para que todos abramos y reutilicemos datos abiertos; y para ello, todos aportamos.